
Pasó tres meses trabajando en su proyecto, revisando documentos de posgrado acerca de métodos de purificación de agua en lugar de ir de vacaciones de verano. Habló con su tutor todos los días y examinó independientemente el sistema de purificación en su jardín trasero, utilizando agua contaminada tomada de las instalaciones de tratamiento de aguas negras y finalmente dio con un sistema que expone al sol el óxido de titanio y el óxido de zinc, creando una reacción química que genera grupos hidroxilos que a su vez matan bacterias dañinas. Lea la nota completa.
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